miércoles, 15 de diciembre de 2010

TENES FUEGO?

Disculpame: ¿Tenés fuego?

Querido colega, no te inquietes ni preocupes con el título de este devocional, no estoy por fumar.
Hace algunos días estoy deleitándome desde temprano con la epístola a  los Romanos, me propuse hace ya algunos años, no ser miserable con el Señor y dedicarme a leer no menos de cuatro capítulos, bien meditados, pensados y reflexionados del libro bíblico elegido para mi culto matutino.
Tuve una experiencia inolvidable al leer Romanos 12:11 ¨Nunca dejen de ser diligentes; antes bien; sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu¨. (NVI)
En ese momento hice una pausa, lo leí, ore nuevamente, lo releí y, fui a mi biblioteca a buscar mi nuevo testamento 4ta edición revisada. Entonces comencé a leer  griego, me remonte a lo que mi profesor transmitía al enseñar, y descubrí el sabor original, puro, sin traducir, sentí que Dios me hablaba a través de este texto en vivo, siendo las 6:30 de la mañana, en menos de lo que lleva leer 10 versos, ya había recibido agua de vida suficiente para el día entero.
Me resultó desafiante vivir la definición de la palabra diligente: quien obra con interés y atención, siendo rápido, activo, ágil, presto, resuelto, solícito, inquieto, listo, vivo.
Es de interés personal la diferencia que se encuentra en sus antónimos: torpe, lento, atareado, negligente, descuidado, vago y perezoso. De esta última palabra, saque la siguiente definición: Alguien que por demasiada afición a dormir se levanta de la cama tarde, con lentitud y mal humor además de ser lento y pesado. No me gusta en absoluto esa idea.
Sin embargo el versículo que al principio parece preocupante a mi manera de ver  sigue y aumenta la intensidad del mensaje, pues enseña  que el Espíritu de Dios es el que da el fervor, en realidad literalmente podría decirse que ¨TE HACE HERVIR¨y, acá está lo que más me gusta, andando encendido el resto del día, de mi vida.
El final no es para cualquiera.
Dios no ha utilizado personas en la inacción, en la pereza, el ha llamado a hombres quienes se movieron en el ámbito de su vida cotidiana y los ha transformado en agentes de esperanza. Este final, que no es para los que no estén en acción, será crucial a la hora de dar cuenta de lo que hice con mi día,  con mi vida, con mi ministerio(tiempo); por que lo que me motiva no es sólo volver a ver a mi abuela, sino que cada persona que conozca tenga la misma esperanza, es el ágape puro, aunque la vasija de barro por más imperfecta que sea lo recibirá y, estoy seguro de recibirlo pues, el amor de Cristo es lo que me mueve. Por eso querido colega quería compartir este mensaje con vos y… preguntarte: ¿tenés fuego?
                                                                                                            Pr. Javier Aguirre.

Gracias pastor por concedernos el privilegio de disfrutar de su experiencia con Dios a travez de esta hermosa refleccion; que por cierto para los lectores, es un regalo adelantado, ya que esta meditación formara parte de un devocional que se editara en el 2011... Bendiciones...

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